Esta es la Primavera Mexicana

Algo están generando las redes sociales en México. Tanto, que el equipo del candidato a la presidencia de aquel país, Enrique Peña Nieto, tuvo que contratar a un equipo de trolls para hacerlo repuntar en estas plataformas durante el debate del 6 de mayo.

No es que Twitter, Facebook o YouTube sean un control remoto para cambiar a distancia la ensangrentada programación que padece la República Mexicana –con más de 60,000 muertos en casi seis años–, pero el uso que hacen de las redes los ciudadanos, más la acción pública, como la libre manifestación de estudiantes de la Universidad Iberoamericana el viernes 11 de mayo –donde enfrentaron a EPN con gritos de «asesino», «cobarde» y «Atenco no se olvida»–, demuestra que para transformar la realidad nacional, hay que twittear, sí, pero también levantarse del sillón.

A través de las redes sociales –lejos de los medios convencionales como la tele, la radio o los periódicos, controlados por el capital–, los usuarios les quitan esas máscaras que describía Octavio Paz en «El laberinto de la soledad» a policías sin uniforme que golpean a joven anti EPN en Veracruz; señalan a empleados prepotentes de Televisa que todavía se consideran el monopolio audiovisual de la calle; y desenmascaran a funcionarios públicos y hasta a medios de comunicación alineados con los del poder.

Es cierto, en México la población con acceso al internet es minoritaria, mas está probado: lo que en las pantallas se enciende, en las calles se riega.

Las redes sociales desnudan a cínicos, soberbios y ladrones; descomponen la cara bonita del personaje de los espots; señalan la hipocresía de funcionarios públicos que están supuestos a servir a sus comunidades.

Esta Primavera Mexicana, como la llamó el periodista Jenaro Villamil –en comparación con la Primavera Árabe–, es necesario continuarla hasta el día de las elecciones el 1 de julio, no con violencia, sino con manifestaciones públicas civiles y pacíficas, y además, emitiendo el voto dn las urnas; para los que estamos en el extranjero y realizamos el proceso del IFE, enviar nuestros correos electorales antes de la última semana de junio.

Aunque cuidado, haciéndole honor al recién fallecido Carlos Fuentes, como dijo alguna vez acá en San Francisco, hay que tener cuidado con los coletazos de los viejos dinosaurios del PRI, que no tan fácil se rinden.

Y, sobre todo, es necesaria la organización ciudadana para evitar un nuevo fraude como el ocurrido en 2006 con Felipe Calderón usurpándole la silla a Andrés Manuel López Obrador y más atrás en 1988 con Carlos Salinas de Gortari a Cuauhtémoc Cárdenas.

Si un nuevo fraude sucediera, entonces, la Primavera será Verano.

 

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